Ricardo Darín «Si Relatos Salvajes va a los Oscar, esta vez tampoco iré a la ceremonia»

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9 de Enero de 2015

Ricardo Darín
Si Relatos salvajes va a los Oscar, esta vez tampoco iré a la ceremonia»
El actor desembarcó en La Feliz con Escenas de la vida conyugal, la exitosa obra que ya representó en Buenos Aires
Pero aquí llegó con Erica Rivas en reemplazo de Valeria Bertuccelli
Y su compañera también forma parte, justamente, de otro suceso de Darín en cine, candidatazo a quedarse con varios premios
Aunque él no piense en festejar.

MAR DEL PLATA paparazzi Verano 2015

Si no te pasó algo de todo lo que les pasa a los personajes de la obra, es posible que nunca te hayas enamorado». Ricardo Darín (57) habla de Escenas de la vida conyugal, que en el primer viernes del año estrenó en el Teatro Radio City, de Mar del Plata, junto a Erica Rivas.
Y allí los dos -como integrantes de un matrimonio tan brutalmente cotidiano- se aman, se pelean y se vuelven a amar. Y, en el medio, se les va la vida, o la viven, mejor dicho.

Mirá vos
Ante una sala repleta, con todas las butacas cubiertas, Norma Aleandro siguió la función en una silla de plástico. La humildad de una estrella teatral.

Pero a juzgar por la reacción del público en esa función inaugural, con Rivas reemplazando a una Valeria Bertuccelli que la representó en Buenos Aires, la mayoría ha disfrutado -o sufrido, según se observe- del pleno estado amoroso. «¿Viste lo que le pasa a la gente con la obra? ¡Es como una catarsis! Se ríe porque en esa risa larga un montón de cosas», sostiene Darín ante la prensa, luego del debut.

¿Cómo fue el estreno?
¡Erica es un fenómeno! ¡No puedo tener tanta suerte! Después de ensayar tenés muchas expectativas, pero yo ya sabía que con ella todo iba a salir bien. En una obra de dos personajes, cuando uno de los dos actores se mueve e ingresa uno nuevo todo se mueve. Tenés que readaptarte. Y readaptarse a Erica es un placer por un lado,y es muy vertiginoso por otro, porque es muy creativa y está muy enfocada, y te obliga a estar atento. Y eso es fantástico.

Se los ve muy concentrados durante la obra…
(Interrumpe y sonríe). Ojo, yo soy un tipo muy serio, aunque no lo parezco.

Pero más allá de esa concentración, ¿se toman el tiempo para vera la gente en la platea?
Eso recién ahora lo estamos logrando. Hoy fue una sorpresa, porque como es un teatro grande se produce como una oleada en el público: cuando se ríen, tardan en terminar de reírse, y eso hay que aprender a manejarlo, a surfearlo, de alguna forma. Si bien no te podés entregar abiertamente, hay que lidiar con eso. Y, por otro lado, llenar el teatro es una cosa utópica. Lo importante es que la sala esté calentita y que el público lo pase bien. Todo lo demás está fuera de uno.

Una escena de su vida conyugal
Con Florencia Bas, su esposa y madre de sus dos hijos, Clara y Chino Darín, Ricardo bien podría escribir su propia obra teatral sobre cómo sostener en plenitud una relación de tantos años, no sin altibajos, claro. Flor lo acompañó en el estreno, y aceptó posar para las fotos. Pero no se permitió un beso ante la cámara del fotógrafo: «Eso queda para los novios», se excusó, pudorosa.

Pero colgaron el cartelito de «Localidades agotadas».
¿Hoy? i¿Nosotros?! No sabía. Nadie me lo dijo. Y hoy también había invitados, estaba la prensa… ¡Tampoco nos agrandamos tanto! No nos colguemos de la palmera (Risas). Respecto al precio de las entradas, lo que yo sé es que los productores teatrales y la gente que sabe hacen una especie de conciliábulo en el cual se reúnen pan ver cuál es el precio. Por supuesto, nunca quieren fijar un precio que esté más allá de lo que creen que puede ser, ni más acá de no sé qué cosa: tratan de buscar un punto de equilibrio. Los números impactan (en la gente), pero la verdad que no sé…

«¿Por qué no iría? ¡De onda! Es una cábala», dice el actor, quien ya se pegó el faltaZO con El secreto de sus ojos.

¿Cómo te llevás con la temporada? ¿Saliste estos días?
No, no. ¡Ni sé dónde queda el mar! De verdad, llegamos y empezamos a ensayar todo lo posible, porque yo llegué hace poco de afuera, y Erica estuvo ensayando sola, trabajando con Norma (Aleandro, directora de la pieza) y hacía falta que yo me incorporara. Y cuando venís a trabajar no estás de vacaciones. Tenés que regular: buscas los momentos de relajación y de ocio, pero siempre estás enfocado en que tenés función ese día; y en algunos casos son dos.

Sucesores
Un par de décadas atrás, y durante dos años, Norma Aleandro interpretó el clásico de Ingmar Bergman con Alfredo Alcón como partenaire. Y ahora le toca dirigir a Darín y Rivas. «Como nos queremos mucho, trabajar con ella es muy agradable», destaca Ricardo.

Muchos anticipan la obra como un éxito seguro. ¿Ustedes también lo ven así?
No somos futurólogos en ese sentido. De la misma manera que no tuve tiempo de ir a ver el mar, tampoco lo tuve para hacer cálculos. Estuvimos ensayando y vinimos a estrenar. A partir de acá, veremos.

«Ojalá que hacer teatro le haga bien a Carlín, porque está en una situación complicada y necesita salir».

Relatos salvajes va rumbo al Goya y al Oscar. ¿Con qué expectativas lo vivís?
Ya lo que ocurrió hasta acá es extraordinario. Que una película episódica, como es Relatos, haya hecho el camino que hizo, y que donde se presente genere todo lo que genera, es buenísimo. En Argentina fue muy significativo, y en España todavía está en cartel. Después, lo demás entra en una zona inasible: nosotros no tenemos alcance.

Si quedan nominados, ¿esta vez vas a ir a la ceremonia de los Oscar?
¿Por qué me ponés en esta situación, si falta tanto…? (Sonríe). No, no voy a ir.

¿Por qué no?
¡De onda! Es una cábala.

Hay dupla (Rivas – Darín)
«Que nos digan que sobre el escenario los dos nos movemos con naturalidad es un gran elogio. Pero es nuestro trabajo: buscamos eso», advierte Darín, al tiempo que Erica dice -y hace- lo suyo. «Vivo cada escena de la obra con mucha emoción: estoy poniendo toda la carne al asador», confiesa la reemplazante de Valeria Bertuccelli.

Hace poco dijiste que te divierte ver al público de Mar del Plata, como a la señora que no hizo a tiempo de cambiarse y viene directamente de la playa.A lo que hice referencia es que a veces te encontrás con un señor que está colorado como huevo de ciclista, que estuvo desde las siete de la mañana en la playa, y que cuando llegó al departamento con ganas de dormir la siesta, la mujer le dijo: «Hoy tenemos, las entradas para el teatro». «¡NO, me estás jodiendo!», le respondió el señor. Entonces está sentado ahí, con la señora que lo codea porque se queda dormido. Son como postales del verano. Eso me causa gracia.

Ricardo, ¿con Carlín tuviste algún tipo de contacto en estos días?
No, porque como te dije estamos internados acá, trabajando. No me preguntes por ningún tipo de contacto porque no tuve ninguno, ¡ni siquiera con mi mujer!

Pero hubo una polémica en estos días porque Fabio Cuggini, un amigo suyo, dijo que era morboso tener a Carlín arriba del escenario. Sin embargo, muchos salieron a decir que hacer la obra lo curaba, le hacía muy bien.
Eso es muy capcioso. No sé quién es Cuggini, pero lo que quiero decir es que Carlín es en una situación complicada necesita salir, y para eso precisa estímulos, que es lo importante en esta vida. Y supongo yo que en este momento debe sentirse estimulado, amparado en un contexto que lo sostiene. Y eso seguramente le va a hacer muy bien, más allá de otras interpretaciones. Por supuesto que cada uno tiene derecho a imaginar lo que quiera. Alguien puede pensar la concepción del espectáculo pero creo que eso es demasiado capcioso. Me quedo con la parte más positiva: que le haga bien a él. Y ojalá sea así, porque Carlín está en una situación que no es fácil.

Desde Mar del Plata
Martín Fernández Paz
Fotos: Diego Omar

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